Parque de la Dehesa de Gerona

En este entorno se suelen ver ánades reales, especialmente nadando en el agua, o caminando por sus alrededores.Simultáneamente a este nombre también se habían utilizado el de paseo arbolado y alameda.La Dehesa y el resto de terrenos de las riberas del Ter a su paso por Gerona fueron donados a la ciudad en 1423 por la reina María Victoria, quien cedió una parte; al año siguiente, su marido, Alfonso V el Magnánimo, hizo una segunda donación, y finalmente en 1510, el rey Fernando el Católico transfirió definitivamente todos los terrenos que aún pertenecían a la corona.La vegetación que espontáneamente crecía en ellos podía servir de barrera natural contra las inundaciones.La principal actividad económica que se llevaba a cabo eran las plantaciones de árboles, normalmente álamos y chopos, a las que seguían las correspondientes talas para obtener dinero con la venta de la madera.Hay constancia, no obstante, de que en el siglo XVIII ya se hacía referencia a la Dehesa como paseo.En 1859 el arquitecto municipal Martín Sureda Ardèvol, por iniciativa del alcalde Mariano Hernández, diseñó la ordenación actual de la Dehesa y se plantaron los primeros plátanos.Durante el primer tercio del siglo XX llegó a su punto de máxima belleza y utilización social.Los actos festivos, los desfiles militares, las competiciones gimnásticas, etc. se celebraban en el parque.Se convirtió en el recurso inmediato ante las necesidades de suelo y equipamientos para la ciudad.En 1934 se construyó la piscina municipal, que sería la primera gran edificación deportiva en el recinto del parque.Posteriormente se construyeron también el frontón y la discoteca; ambas edificaciones fueron derribadas en el período 1994-95.Es evidente, no obstante, que también había barreras durante las épocas de asiduidad a la Dehesa.