Nacionalismo banal

El nacionalismo banal, según lo ha conceptualizado el científico social británico Michael Billig, es un conjunto de prácticas, hábitos, creencias y signos que las naciones establecidas —aquellas que están seguras de su propia continuidad—[1]​[2]​ manifiestan de forma cotidiana, rutinaria, sutil y familiar para reproducirse como tales y así recordar a la gente su pertenencia a la nación y lealtad a la misma.

[3]​[4]​[5]​ Así «banal» debe entenderse en el sentido de «común», «cotidiano».

[4]​[7]​ Michael Billig indica que en los mecanismos empleados para recordar a la ciudadanía su posición en el mundo de las naciones y reproducir la comunidad imaginada se adoptan dos formas de nacionalismo: una forma explícita, que abarca tanto una expresión abiertamente hostil y xenófoba en épocas de crisis, como también una expresión ritual, ceremonial y celebratoria; y otra forma banal, de carácter sutil y familiar, que pasa desapercibida, o sea, no sería una bandera ondeada con vigor y conscientemente como manifestación de orgullo nacional, sino una bandera que pende en el exterior de un edificio público.

[14]​ Al estar caracterizado el nacionalismo banal en su carácter cotidiano, diluido y oculto en el día a día, tiende a ser olvidado e incluso negado, no reconociéndose a sí mismo como tal, esto es lo que denomina Billig como «olvido sociológico».

[19]​ Esto está relacionado con el concepto de nacionismo, teorizado por el sociolingüista Joshua Fishman, el cual distingue entre la identidad sociocultural compartida por un grupo de personas (nacionalidad) y la entidad político-territorial donde habitan (nación), y en este sentido el nacionismo buscaría el mantenimiento de las fronteras políticas haciendo que el nacionalismo (que persigue la unificación sociocultural) alcance esas fronteras políticas creando una nacionalidad más grande.

Un ejemplo típico del nacionalismo banal: la entrada del Collège Jean Moulin de Chartres muestra las banderas de Francia y Europa y el logotipo de la República Francesa de una forma sutil y cotidiana, de modo que recuerda a la ciudadanía su pertenencia a una comunidad nacional en un mundo de naciones.