El Telescopio Espacial Spitzer reveló la presencia de una enorme onda de choque intergaláctico, que se muestra por el verde del arco magnífico en la foto.
La onda está producida por una galaxia cayendo en otra a millones de kilómetros por hora.
Es una de las formas más turbulentas que se han visto entre las producidas por hidrógeno molecular.
Este fenómeno fue descubierto por un equipo internacional de científicos del Instituto Max Planck de Física Nuclear (MPIK), sito en Heidelberg.
Lo más notable es el hecho de que este choque puede ayudar a proporcionar una visión de lo que ocurrió en los inicios del universo hace 13 800 millones de años, cuando se calcula que este se formó.