Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes

La admiración manifestada por éste representó el inicio de una gestión que concluiría dos años más tarde con la inauguración del museo “Ricardo Güiraldes”.

[4]​ Las gestiones realizadas por el Ministro de Obras Públicas del entonces Gobernador Manuel Fresco para la creación del Parque Criollo & Museo Gauchesco “Ricardo Güiraldes” comenzaron a desarrollarse a principios de 1937.

[4]​ La fundación del Parque Criollo & Museo Gauchesco “Ricardo Güiraldes”, en San Antonio de Areco, se concretó en un contexto signado por políticas culturales tendientes a reconstruir referentes identitarios que aglutinaran una identidad nacional en pleno desarrollo.

La representación del gaucho como arquetipo de la nacionalidad argentina y el escenario rural asociado a los valores “genuinos” de un pasado en común, se exaltaron en ese proceso en el cual se enmarca la inauguración del predio.

En ellos la paisanada se proveía de cuanto necesitaba: yerba, harina, tabaco, alpargatas, bebida, etc.[5]​ En la obra "Don Segundo Sombra" de Ricardo Güiraldes, en la pulpería “La Blanqueada” transcurre el encuentro del “Tape” Burgos con Don Segundo.

Al mostrador de esta, se acercaba el joven Favio Cáceres para cambiar “por golosinas, tabaco o centavos los bagrecitos pescados bajo la sombra fresca del puente viejo, sobre el río”, y es aquí donde se inicia la aventura que lo puso frente al hombre que habría de ser su padrino.

Con ese cajón se pasa al cernidor, donde una persona con un tamiz va separando la harina del salvado.

Si para la familia Güiraldes Paris, Francia, fue el espacio urbano por excelencia, la estancia La Porteña en San Antonio de Areco, ocupó un rol similar pero en el ámbito rural.

Francia, Jamaica, Rusia, Cuba, India, España, Japón, México, fueron algunas de las estaciones que lo maravillaron con sus culturas.

Moldeó así un espíritu extremadamente sensible que se vio reflejado en sus obras literarias y en otras expresiones artísticas.

Alberto Güiraldes (1897-1961), primo hermano de Ricardo, encontró en las artes plásticas su vocación.

Obras de Leopoldo Lugones, Walter Owen, José Hernández y Justo P. Sáenz, entre otras, fueron engalanadas con sus trazos, más su interpretación gráfica de la obra Don Segundo Sombra convirtió su trabajo en un clásico.

Ricardo Güiraldes conoció a Segundo Ramirez [sic] (1852-1936) en la estancia La Porteña, siendo este último un experimentado trabajador rural.

Pero don Segundo no estaba solo en las tareas diarias, el resero compartía su trabajo con un grupo hábiles paisanos.

El más joven de ellos, Victorino Nogueira fue, por aproximadamente treinta años, el abanderado, y quien pasó la posta a las siguientes generaciones.

Esta sala expone patrimonio vinculado al habitante rural – en particular de la región bonaerense-.