El proyecto se plantea como un espacio de referencia del universo “casteller” para vivir las experiencias que comporta.
El 26 de julio del 1978 se celebró la “primera junta” del Museo configurada por un presidente, Francesc Manresa Baró, y 13 vocales: Ramon Trilla Gatell, Joan Cusidó Rodríguez (Colla Vella dels Xiquets de Valls), Joan Enric Ribé (Colla Joves Xiquets de Valls), Joan Rafí Fontanillas, Josep Mª Rodón Barrufet, Jordi Badia Cucurull, Joan Climent Ferré, Lluís Fàbregas Pla, Josep Busquets Odena, Josep Casanova Coll, Josep Secall Duch, Pere Català i Roca y Jaume Casanova "Crossa".
[2] En 1997 empieza una nueva fase durante la cual se inicia la redacción del proyecto museológico.
El noviembre del mismo año la UNESCO reconocía los “castells” como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Este proyecto arquitectónico sigue llevando el sello de Dani Freixes y Varis Arquitectes, que ubican el edificio en el ámbito urbanístico llamado Espardenyers, por ser la calle Espardenyers la que atraviesa esta zona de origen medieval y ubicada entre las plazas porticadas del Blat y del Oli.
Para realizar el proyecto de demolición concursaron 34 empresas y resultó adjudicataria Excavaciones Carbonell.
Otras once collas más estuvieron presentes a través de sus presidentes.
En el altillo se encuentra el espacio pedagógico, el archivo y el Centro de Documentación Castellera (CEDOCA) destinado a custodiar toda la documentación relativa al hecho “casteller” así como los fondos propios.
En la planta primera se despliega el espacio de experiencias constituido por la museografía permanente, y también una sala para exposiciones temporales.
El jurado, integrado por especialistas externos de los ámbitos del turismo, la cultura, las nuevas tecnologías, la arquitectura y los “castells” designaba la empresa del museógrafo y escenógrafo Ignasi Cristà como ganadora.
Así mismo, con la denominación “Un castell en tres actos”, apela a las sensaciones y emociones que envuelven al mundo de los “castells”, usando recursos audiovisuales y multimedia para conseguirlo.
En este punto, cinco nódulos circulares que simbolizan en forma las “piñas” de los “castells” llevan al visitante por el recorrido, con paneles dinámicos y visuales, creando una estructura orgánica en movimiento.
Estas "piñas", pues, se convierten en instalaciones artísticas y visuales para comprender los "castells", a través de lenguajes plurales como el mapping, el cine, la danza, la geometría, la arquitectura o los juegos interactivos.
Éste se basa en el uso de distintos lenguajes audiovisuales como imágenes reales, recursos infográficos o animación.
El encargo es realizar los 6 grandes audiovisuales y los 2 interactivos que plantea el proyecto museográfico, todos ellos contarán con bandas sonoras compuestas expresamente para la ocasión.
El proyecto museográfico incluye un área histórica con contenidos confeccionados por el Consejo científico del Museo Casteller de Cataluña, integrado por 9 expertos de los “castells” nombrados por el Consorcio del Museo.
Siguiendo el ejemplo de otras ciudades europeas, la apuesta pasa por la remodelación urbanística creando nuevas plazas y aireando la trama urbana.