En el solar, propiedad en condominio de los hermanos Martínez Sáenz, solía hospedarse el capitán Pedro Juan Caballero, cuando procedente de su pueblo natal, Tobatí, visitaba la capital.El capitán Juan Bautista Rivarola, residente en Barrero Grande, al viajar a la ciudad, se alojaba en casa de su suegra, propiedad que se encontraba a la vera del antiguo Callejón.La casa de los Martínez también era frecuentaba por el prócer Fulgencio Yegros y el teniente Mariano Recalde, quienes cortejaban, respectivamente, a Facunda Speratti y a Virginia Marín.Dadas estas circunstancias, la residencia de los Martínez se convirtió en el sitio ideal para disimular las reuniones secretas en las que se conspiraba contra el dominio español.En la noche del 14 de mayo, un grupo de hombres, encabezados por Pedro Juan Caballero, salió por el callejón contiguo a la casa y se dirigió hacia la casa del Gobernador español, distante a pocas cuadras.En una de las vitrinas se muestra una espada que perteneció a Fulgencio Yegros.Se destaca también en la sala un retrato del doctor Gaspar Rodríguez de Francia.Completan la estancia tallas religiosas elaboradas en talleres jesuíticos y franciscanos.Completan la ambientación del dormitorio, un arcón, propiedad de Juan Bautista Rivarola, una curiosa silla sanitaria, un espectacular reclinatorio y un nicho policromado.En una de las esquinas del patio puede observarse un túmulo que cubría los restos mortales del ilustre prócer Juan Bautista Rivarola, traído desde el cementerio de Barredo Grande, hoy Eusebio Ayala.En las paredes, se aprecia un majestuoso retrato del emperador Carlos V; además, otros cuadros que reflejan varios intentos revolucionarios, previos a la independencia.A la entrada del Museo puede apreciarse un mural del ceramista José Laterza Parodi, que representa una visión panorámica de edificios y lugares destacados de la Asunción colonial.Contó con un catálogo de lujo que fue distribuido en forma gratuita entre los presentes.