Su perímetro está jalonado por 50 torreones de sección cuadrada o rectangular, excepto dos que son octogonales.
Carecen de cámara superior y sus terrazas destacan con muy poca altura sobre el adarve, desmantelado en la actualidad e invadido por vegetación parásita.
La segunda fase viene dada por el arrasamiento parcial y los procesos erosivo-sedimentarios que afectan a la primera muralla.
Se observan con posterioridad reformas entre los siglos XIV y XV que afectan al alzado superior de las murallas y, finalmente, quedan indicios de mínimas intervenciones durante el siglo XVI.
Estas restauraciones presentan gran inestabilidad en su masa y se están desprendiendo.