El muelle de hierro de Portugalete del puerto de Bilbao es una muestra del patrimonio histórico de la arquitectura y la ingeniería del hierro del siglo XIX, que tiene una gran relevancia que comienza a ser reconocida.El puerto tenía un problema histórico en el estuario de la ría, en la conocida y temida barra de Portugalete: bancos de arena móviles que dificultaban la navegación periódicamente, llegando a imposibilitarla en ocasiones de mareas bajas o en los meses invernales.El muelle se finaliza e inaugura en 1887 y con su construcción queda definitivamente resuelto el problema de la navegabilidad portuaria en Bilbao, al crearse un paso de unos ochenta metros de ancho con una profundidad mínima de 4,58 metros en bajamar, con lo que Churruca verá reconocida su valía en el ámbito de la ingeniería civil europea.[2] El muelle tiene en los seiscientos metros iniciales un basamento de escollera sobre el que se asienta un muro de hormigón que en mareas vivas queda completamente sumergido, quedando visto y accesible en el resto de las épocas.[5] No obstante, algunas voces ciudadanas se han mostrado críticas con el resultado, al tratarse de un monumento protegido.