Al no contener las válvulas, la culata puede ser una pieza muy sencilla, prácticamente una simple tapa, por lo que estos propulsores también eran conocidos como motores de culata o de cabeza plana ("flathead" en inglés).
[3] El sistema ha experimentando un renacimiento en los motores aeronáuticos de bajas revoluciones, como en el caso del D-Motor.
[8] En el punto muerto superior, el pistón se acerca mucho a la parte plana de la culata, y la compresión resultante produce una turbulencia que genera una excelente mezcla de aire y combustible.
Una característica del diseño de válvulas laterales (particularmente beneficiosa para un motor aeronáutico) es que si una válvula se atasca en su guía y permanece parcialmente abierta, el pistón no se dañaría y el motor continuaría funcionando de manera segura con sus otros cilindros.
La alta eficiencia volumétrica era menos importante para los primeros coches porque sus motores rara vez sostenían altas velocidades de forma prolongada, pero los diseñadores que buscaban mayores potencias tuvieron que abandonar las válvulas laterales.
Los diseños de válvula lateral[12] siguen siendo comunes para muchos motores pequeños monocilíndricos o bicilíndricos, como cortacéspedes, motocultores y otras máquinas agrícolas básicas.
Los motores de culata plana ya no eran comunes en los automóviles, pero continuaron usándose en vehículos más rudimentarios como todoterrenos y transportes militares.
[1][21] La simplicidad, ligereza, compacidad y fiabilidad pueden parecer ideales para un motor aeronáutico, pero debido a su baja eficiencia, los primeros motores de cabeza plana se consideraron inadecuados para impulsar aviones.
[22] Estos son motores aeronáuticos extremadamente cuadrados y compactos, con transmisión directa a una hélice.