José Moreno Villa

Con la guerra civil española se exilió primero en los Estados Unidos y posteriormente en México.A su regreso comenzó a relacionarse con la bohemia artística de la ciudad que se reunía en las tertulias del Café Inglés en la malagueña calle Larios, conociendo a otros jóvenes poetas como Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, José María Hinojosa o José María Souviron, entre otros, y editando la revista Gibralfaro, precursora del animado panorama cultural de la ciudad y de otras revistas malagueñas como Ambos, Vida Gráfica o la celebérrima Litoral, de Altolaguirre y Prados.En 1931 se le nombró director del Archivo General de Palacio en el que investigó sobre los bufones que pintó Velázquez, integró valiosa información y catalogación formal al respecto, que publicó, ya en México, con el título de Locos, enanos, negros, y niños palaciegos (La Casa de España en México, 1939).[2]​ En 1937 se integra en México al grupo de intelectuales que frecuentara en Montparnasse: Federico Cantú, Alfonso Reyes, Luis Cardoza y Aragón, Renato Leduc.Juan Ramón Jiménez dejó dos retratos irónicos de él, en Españoles de tres mundos: "No sé qué tiene ese amigo que siempre que viene siempre viene bien", "es de madera escogida, desnuda, natural a trechos, o raramente estofada aquí y allá con sobriedad y rigor".