Monumento Nacional a la Memoria de las Víctimas del Holocausto Judío

Por lo tanto esta plaza deberá recibir el tratamiento paisajístico adecuado para lograr tan elevados fines".

Paralelamente, la destacada paisajista brasileña Rosa Kliass, se ofreció voluntariamente a colaborar con las oficinas de la Ciudad para potenciar el proyecto paisajístico.

La Plaza de la Shoá debe ser un espacio para la reflexión, el recogimiento y el recuerdo, no para comprar la "cajita feliz".

[7]​[1]​ La parte histórica se encuentra representada por tres cubos negros: uno da nombre al monumento, otro tiene una estrella de David y el tercero tiene inscripto el año de la creación: "2014", según el calendario gregoriano y "5775", según el judío.

[5]​ La iluminación nocturna es rasante, desde el solado, de manera que la gente, al visitar el monumento por las noche, corta los haces de luz al pasar, provocando sombras humanas sobre las piedras, en una participación involuntaria y espontánea.

[1]​ Según sus autores, se buscó evitar el registro testimonial, pues "son para las vitrinas de los museos".

La elección de objetos contemporáneos (algunos no existían en su época) tuvo por propósito que la gente pueda captar el mensaje en forma directa y que les llegue enseguida al corazón.

Eligieron los objetos que transforman a todos en seres culturales, que pueden hallarse en todas las casas de la Argentina, se sea o no judío.

[1]​ Cada objeto fue manipulado para obtener vaciados en yeso o alginato, que a su vez fueron llenados con caucho de siliconas para lograr los moldes.

Todo el proceso estuvo destinado a que el reconocimiento final de los objetos fuera inmediato y fácil.

Se encuentra en la Plaza de la Shoá
En cada bloque aparece estampado la silueta de algún objeto cotidiano.