Monasterio de Santes Creus

Parte de la nobleza siguió esta costumbre medieval y escogió este lugar para su descanso eterno.Por lo tanto nunca llegó a construirse un monasterio, aunque sí una granja donde se trasladó una parte de la comunidad.Su ubicación alejada de poblaciones y situada en plena naturaleza debió gustar a los monjes para poder llevar una vida espiritual tranquila.Las donaciones y legados entre los siglos XII y XIII fueron aumentando en dominios que se extendían mucho más allá de los alrededores del monasterio; así, al acabar el siglo XIII se contabilizan entre sus bienes diecinueve castillos.[15]​ A mediados del siglo XIII la monarquía aragonesa interfiere en el ritmo de la abadía mostrando un interés por la misma, que a la vez perturba la sencillez de la vida monástica cisterciense y engrandece el complejo monacal con nuevas y valiosas construcciones.A su vez lo serían después su hijo Jaime II (1291-1327) y su esposa, Blanca de Anjou.[17]​ A finales del siglo XV el cenobio experimentó un cambio en la explotación de sus propiedades.Esta continua actividad se ve truncada bruscamente en 1835 con la desamortización de Mendizábal, momento en que el monasterio sufre el abandono por parte de la comunidad cisterciense y se ve abocado a la ruina.Alrededor de la plaza se encuentran las diversas dependencias monacales antiguas, donde habitaban los monjes más ancianos y los que trabajaban en diversos oficios; todas muestran en sus fachadas decoraciones con esgrafiados realizados durante el siglo XVIII.Entre estos edificios se encuentra el Palacio Abacial, mandado construir por el abad Contijoch, en cuya construcción se aprovechó parte del antiguo hospital del monasterio llamado «Hospital de Sant Pere dels Pobres».No obstante, en 1211 ya debieron estar suficientemente avanzadas como para que se procediese a la consagración del templo.Contiene una portada románica del siglo XII muy abocinada, con arquivoltas apoyadas sobre columnas lisas con capiteles decorados con una serie de temas vegetales y heráldicos.Está construido con una tracería enmarcada por un arco ojival con cinco arquivoltas lisas que limitan el resto de la apertura.En el mismo monumento se encuentra su segunda esposa la reina Blanca de Nápoles, fallecida en 1310.Una vez que el médico real certificó la muerte del rey, se formó una larga comitiva fúnebre para enterrar al monarca en una sepultura «decente y honorífica» en el monasterio de Santes Creus, tal como había dejado escrito en su testamento de 1282.La comitiva tardó varios días en llegar a su destino, donde con gran solemnidad se celebraron las exequias fúnebres por el soberano que fue enterrado, según el cronista Bernat Desclot, enfrente del altar mayor de la iglesia del monasterio.Le sirven de base dos esculturas que representan dos leones tallados en piedra blanca.La bóveda que forma por su parte interior está decorada con una pintura azul y estrellas doradas.Mientras se esperaba la ejecución del mausoleo final, la reina fue enterrada en un primer túmulo: «quedan tumulum ad opus sepultura doimina Blanca» realizado por Jaume Llirana de Montmeló y que consta que cobró 500 sous barceloneses.Respondit Adam: Domine, audivi vocem tuam et timui; y la expulsión por el arcángel Uriel.Este mismo tema continúa en la galería sur donde la representaciones del pecado se mezclan con seres monstruosos y otros símbolos benéficos.[44]​ En el claustro se encuentran numerosas tumbas y lápidas de importantes familias catalanas que contribuyeron con donativos a la construcción y expansión del monasterio, con ello conseguían el privilegio de su enterramiento en este lugar.Inicialmente los frailes dormían con sus sayales sobre unos jergones tendidos en el suelo en un único espacio común, sin divisiones como mandaban sus reglas.Existe un doble acceso al dormitorio: por la escalera de maitines que comunica directamente con la iglesia por el brazo sur del transepto; y por la escalera de día que permite la subida desde el claustro.La sala se cubre mediante once arcos apuntados que descargan sobre ménsulas embebidas en los muros laterales con decoración vegetal y geométrica.Estos muros van perforados entre los arcos por ventanales que, además de la iluminación, permiten la ventilación cruzada.[52]​ La parte hoy conservada se debe al monarca Pedro IV, quien sin conocerse la razón, a la muerte de Jaime II, decidió derribar el palacio aún sin finalizar de su predecesor y trasladar su construcción hacia el año 1350 al mismo emplazamiento del primero ordenado por Pedro III.Un pequeño vestíbulo, con artesonado policromado y decorado con los escudos de Cataluña y del monasterio perteneciente al abad Porta (1390-1402), por el que se accede al patio principal, el más ornamentado, con un pozo en su centro, unos sencillos canecillos escalonados sostienen unos arcos rebajados y adosados a la pared que aguantan la escalera hacia la galería superior.La galería superior ocupa tres lados del patio, está compuesta por once columnas que forman unos arcos ojivales de fuste delgado y esbelto con capiteles decorados, la cubierta está realizada por un artesonado con abundantes escudos del monasterio, abades y la Casa de Aragón.[55]​ Sobre el nombre de Santes Creus, según explica una leyenda, los pastores del lugar, solían en invierno traer a su ganado desde las montañas a las tierras más bajas donde se disfrutaba de un clima más suave.
Escudo del Císter
Maqueta del monasterio, en Cataluña en Miniatura
Vista exterior del monasterio
Monasterio de Santa María de la Valldigna, primera filial del monasterio de Santes Creus
Fachada suroccidental
Puerta de la Asunción
Fachada de la iglesia
Puerta Real de entrada al claustro
Ábside con rosetón
Ventanal gótico de la fachada
En primer plano la tumba del rey Pedro III y en segundo plano el del rey Jaime II
Tumba de Pedro III, con el sarcófago de pórfido y sobre él una urna con las imágenes de apóstoles y santos policromados
Detalle del mausoleo de Jaime II
Un ventanal del claustro por el que se aprecia el antiguo templete o lavabo románico
Grupo escultórico sobre la puerta de entrada del claustro a la iglesia
Tumba de Ramon Alemany en la galería meridional del claustro
Fachada de la sala capitular
Interior de la sala capitular
Detalle de la lápida de Magdalena Salbá
Dormitorio de los monjes
Una galería del claustro posterior
Patio del Palacio real
Dintel de la escalera