Monasterio de Santa Rosa de Lima

La suma de estas donaciones ascendía a cuatrocientos mil pesos.

En procesión solemne, fue acompañado el prelado por los ministros del Juzgado Eclesiástico y por casi toda Lima.

Recibió en la rígida clausura de las dominicas a las tres monjas que fueron destinadas para dirigir el nuevo monasterio y a Doña Josefa Portocarrero, hija del Virrey, Conde de la Monclova, la cual esperaba en Santa Catalina el momento de fundarse el Real Monasterio.

Cuando el Monasterio de Santiago pudo funcionar por sí mismo regresaron las madres fundadoras a su primera clausura dejándole floreciente.

Actualmente en el monasterio se custodia como capillita, la habitación en la cual falleció Santa Rosa.