Fue fundado por los frailes del monasterio de La Oliva, perteneciendo a la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia.
Por los avatares de la historia, el marquesado vendió la hacienda a principios de siglo (alrededor del 1902) a la familia García-Verde que, aunque sorianos de nacimiento, se habían asentado en Argentina, en donde prosperaron sobradamente.
En la tarde del 8 de enero de 1986 llegaron el Abad de La Oliva, Dom Mariano Crespo, y los dos primeros monjes que se hicieron cargo de la donación y comenzaron la vida regular en régimen de pre-fundación, con el P. Francisco Sánchez Alías como primer superior.
En la mañana del día 9 se celebró la primera eucaristía en el lugar y a partir de entonces, los monjes cistercienses han asegurado día a día el rezo de la Liturgia de las Horas y la celebración eucarística.
[2] A partir del 11 de julio de 1992, festividad de San Benito, tras unos primeros años de adecuación del lugar y las instalaciones, se instaura la clausura y la fundación «se considera como un monasterio en el modo de desarrollar su vida».