En 1171, Alfonso VIII dona más tierras en Herrera, Herreruela, Hormanza y Armiñón, además de varios privilegios, por lo que lo declaran abadía.
[1] En 1203 Alfonso VIII, a petición del obispo riojano Juan, dona al monasterio una heredad en Bilibio.
[1] La localidad de Haro ha tenido históricamente numerosas disputas con el monasterio, sobre todo en cuanto a términos y pastos.
El monasterio es ocupado en 1897 por carmelitas descalzos, quienes lo abandonaron en 1905 al no poder acomodarlo a las exigencias de la orden.
Fueron sustituidos por monjas trapenses procedentes de Francia, abandonándolo en 1921 para volver a su país al permitírselo la situación política del momento.
[5] No existen núcleos habitados en las cercanías, pues la pequeña aldea a la que dio nombre, Herrera, quedó yerma desde antiguo y alguna casa dispersa está ahora abandonada.
Los rudimentarios depósitos que se construyeron fueron modernizándose con el tiempo y aun son apreciables en un avanzado estado de abandono.