El monasterio se secularizó en 1542, renació efímeramente como comunidad benedictina femenina entre 1869 y 1875 en Nueva Helfta (Eisleben).
El monasterio fue fundado en 1229 por Burchard, conde de Mansfeld, y su mujer Elisabeth von Schwarzburg.
Se encontraba próximo a la residencia condal, el castillo de Mansfeld.
En 1251 es nombrada abadesa Gertrudis de Hackeborn, quien se mantendrá en el cargo durante cuarten años, hasta 1291.
Su poderosa personalidad será decisiva para convertir el monasterio en un gran centro teológico, intelectual y místico.
Tanto benedictinos como cistercienses consideraban que el monasterio de Helfta pertenecía a su orden.
Sus escritos se difundieron en el sur de Alemania, a través de las rutas comerciales que iban desde Magdeburgos hasta Suabia, el Alto Rin y Suiza, pasando por Nuremberg.
Cuando volvió la tranquilidad, algunas monjas regresaron y, por petición del conde Hoyer VI de Mansfeld, se restableció en monasterio en 1529 en la antigua propiedad de Helfta (Alt Helfta), con Katharina von Watzdorff como abadesa.
En 1712, el rey Federico Guillermo I de Prusia formó un dominio real con Helfta y otras posesiones vecinas.
La degradación llegó hasta tal punto que en 1988 se decidió derribarlo todo.
Sin embargo, el profesor Joachim Herrmann inició una activa campaña y consiguió impedirlo.
El lugar se ha convertido en un centro de estudio y retiro espiritual.
Las instalaciones incluyen un hotel, una residencia de ancianos (2003) o una capilla moderna dedicada a Santa Gertrudis (2008).
Otro sello de 1311, perteneciente a la abadesa Sophie, muestra una figura femenina orante ante Cristo resucitado, con la inscripción S. ABBATISSE.