La Iglesia del convento es un ejemplo fidedigno de la primitiva arquitectura cisterciense: austeridad, robustez y pocos elementos ornamentales.
Entre los varios elementos arquitectónicos, sobresale la sencilla y elegante puerta da Sala Capitular, rematada por tres arquivoltas de arco apuntado, que posan en ábacos desprovistos de adornos, apoyadas en columnillas encastradas en la pared y rematadas por capiteles decorados con motivos vegetales.
Era la estancia de consejos y deliberaciones, en la que se reunía diariamente la comunidad religiosa bajo la presidencia del abad.
El claustro debía ser bastante alto y robusto, con arquería que soportaba tres filas de piedras dispuestas encima.
En medio del patio había una elegante fuente que fue reconstruida en 1994 por el propietario de la Hospedería.