Las tierras del monasterio se transfirieron en 1041 y comenzó a levantarse en 1059 en su lugar actual, aunque tampoco queda nada de la fábrica construida entonces.
Posteriormente la fábrica sufrió numerosas modificaciones, destacándose de la arquitectura románica que nos ha llegado el portal, decorado con motivos vegetales.
A partir del siglo XVI el monasterio sufrió enormes transformaciones, especialmente en la época barroca.
En 1702 se construyó una de las alas del claustro, y en diferentes momentos del mismo siglo se construyeron una nueva capilla, el coro alto, el órgano y numerosos relieves y tallas en dorado, así como las dos torres que flanquean los pies de la iglesia.
Ya mediado el siglo XX comenzó la restauración del conjunto arquitectónico.