Se encuentra enmarcado en los once denominados Molinos del Guadalquivir, declarados Bien de Interés Cultural en 2009.
[2] En 1780 Antonio Luque compra las ruinas a la Diócesis cordobesa y construye sobre los restos el molino de la Alegría.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se le añadieron dos nuevas plantas realizadas en ladrillo, siendo su imagen muy similar a la actual.
En 1910 se le realiza una gran restauración para ser adaptada como fábrica de harina con una turbina, siendo adquirido en 1919 por la sociedad anónima La Harinera Cordobesa.
[3] Está construido entre dos canales aliviadores, con azud y puentecillo de conexión a tierra.