Molino de La Pasadilla

La importancia del conjunto incluye infraestructuras histórico-hidráulicas y patrimonio arqueológico inédito intermunicipal.

Tres son las obras tradicionales de hidráulica que podemos encontrar en La Pasadilla: el molino harinero de agua, una captación subválvea junto a este, trazada entre 2 pozos que se comunican entre sí por una galería transversal al río Córcoles.

Y una zanja cimbrada o calzadizo que recorre la margen derecha paralelamente al río Córcoles, que desemboca en sucesivos aljibes o “cimbres”.

De ella sólo se conoce con certeza su vinculación al abastecimiento ganadero privado de la misma finca donde se sigue utilizando, así como para el antiguo servicio que en su día daba a los operarios del molino harinero adjunto.

Podría deducirse que las fechas de realización tanto de la galería, calzadizo y molino, estarían comprendidas entre 1729 y finales del S-XVIII, tal vez en relación con la técnica demostrada por Antonio Ferreti, ya popular para estas fechas en toda la provincia de La Mancha.

Para la galería y el calzadizo también existen pruebas de rehabilitación propias del siglo XX.

En el sector Sur, se conservan aún ciertas trazas rectangulares de causa desconocida.

Sobre este lugar, algunos autores han situado la ciudad carpeto-romana de Laminio, citada por numerosas fuentes clásicas.

No obstante, existe una continuación del mismo, que vadearía el río Córcoles (adjunto al mismo puente actual moderno), que pasado el molino, ya en la margen izquierda, paralelamente al camino, en la cuneta del norte, puede detectarse cierto alineamiento de bloques calizos del lugar, cuya disposición singular nos hace deducir la continuación de la antigua vereda empedrada desde La Pasadilla, distinguiéndose formas a modo de roderas.

Situada sobre la cresta sur del vallejo por el que desciende el camino empedrado.

Destruido a fines del siglo III a. C.; tiene antecedentes de ocupación en el Bronce.

Destaca la decoración de sus producciones cerámicas y sus series estampilladas, ya mentadas por Solana.

Sus restos se distribuyen, de manera irregular, en una superficie cercana a las cuatro hectáreas, y ocupa la lengua entre ríos, bajo la protección de Los Castellones y a su oeste inmediato.

Presenta un hábitat coetáneo al del poblado fortificado, pero retoma su actividad, a tenor de los materiales, a partir de mediados del siglo I a. C. Tiene un pico ocupacional álgido en época bajo imperial, y prolonga su vida, al menos, hasta la etapa islámica de las primeras Taifas.

En el vértice de la lengua, podría ubicarse una motilla del Bronce.

Molino de La Pasadilla a la salida del socaz , en el río Córcoles .
Cimbre de un calzadizo , junto al Córcoles.
Aldea de La Pasadilla. Veredas empedradas. foto.- F.J.G.ª.Mariana.
Posible rodera romana. Foto.- F.J.G.ª.Mariana.
Morra de Los Castellones. Foto.- F.J.G.ª.Mariana.