Esta figura aparece en otras religiones: la Cibeles frigia, Atargatis en Siria, Astarté para los fenicios, la Inanna sumeria, la Ishtar babilónica, la Živa balto-polaba o Frigg para los germánicos y nórdicos.
Sus consortes son, probablemente, tanto Perun (el dios del trueno eslavo) como Veles, enemigo de este.
Según la creencia, se aparece como una mujer vestida con bordados, con las manos alzadas y flanqueada por dos caballos de tiro.
[10] Un mito crucial dentro de la mitología eslava es la batalla entre el dios del trueno, Perun, y su adversario, Veles.
Esta faceta monstruosa se equilibraba con la creencia de que la Cacería Salvaje traía fertilidad y renovación a la naturaleza.
Hacían reuniones para bailar y cantar en torno al día de San Mateo.
Considerada una gran bruja, también llamada Lamwaberl y conectada en sus atributos con Lamia o Hécate.
Davorin Trstenjak[2] recabó un cuento popular esloveno en el que se refieren a ella también con el nombre de Mokoška, lo cual la conecta directamente con Mokoš.
La torka castigaba haciendo girar las ruecas durante toda la noche, rompiendo el hilo y agujereando los telares.
La desgracia caía sobre aquellos que las perturbaran, pues los perseguirían y les darían en la cara con una mano de hierro.
A veces Perica desgarraba el hilo que las mujeres habían dejado durante la noche sin recoger en la rueca.
En algunas zonas como Slavia Veneta, Perica adquiría características similares a las hadas de agua o sirenas.
Si los niños se acercaban demasiado a la orilla, Perica podía atraparlos y arrastrarlos hasta el fondo del agua.
Las huellas del culto a Mokoš se conservan aún hoy en varios topónimos.