En su momento se le conoció como "La estrella negra del automovilismo mexicano".
Casi a la par consigue destacar como pelotari ganándose así el mote de "Piloto-Pelotari".
Además de estar situado en una posición respetable en el ranking internacional.
Hospedado en la misma habitación del mismo hotel, donde anteriormente se había hospedado Ricardo Rodríguez, –recién fallecido–, Moisés relacionó coincidencias y prefirió no aceptar correr autos Fórmula 2.
Sus restos fueron sepultados en la cripta familiar, ubicada dentro del Panteón Español, en Ciudad de México.