Modos rítmicos

Lambertus amplió los modos rítmicos a nueve, incluyendo cuatro patrones que describen varias combinaciones de movimiento breve y semibreve.

Sin embargo, para Franco, y para los músicos que le siguieron, los modos no se utilizaban como guías para la notación, sino exclusivamente como descripciones de las relaciones duracionales; la notación mensural inequívoca había sustituido a los modos rítmicos.

Aunque este sistema de seis modos fue reconocido por los teóricos de la Edad Media, en la práctica sólo los tres primeros parecen haber sido los modelos estándar del período modal, siendo el segundo modo menos frecuente que el primero y tercero.

El quinto modo se utiliza normalmente sólo en la voz más baja (o tenor).

Cualquiera de las notas se podía fragmentar en unidades más breves o ambas notas del esquema combinarse en una sola; de la misma manera se disponía de otros recursos que aportaban variedad; al igual la medida del tercer modo podía cantarse sobre un tenor que sostenía notas largas que no estaban medidas estrictamente o que podían estar organizadas según el esquema del quinto modo.

La división ternaria del tiempo, producía un efecto parecido al de los metros modernos 6/8 o 9/8.

Las ligaduras indicaban grupos de dos, tres o más sonidos, estos eran un importante medio para portar la información.

En las ediciones modernas de la música medieval, ligaduras están representados por paréntesis horizontal sobre las notas que figuran en él.

Menos especulativa es la posible flexibilidad del ritmo que permite la variedad y evita la monotonía.

El verso constaba de dos a seis pies (dímetro, trímetro, tetrámetro, pentámetro, hexámetro).