UU., la Reserva Federal y el Congreso de los Estados Unidos, que aprueba los presupuestos enviados por el Gobierno estadounidense).
[2] A veces se teoriza que los bancos centrales y los gobiernos tienen horizontes temporales diferentes, más cortos en el caso de los segundos.
Ambos pueden tener otros objetivos y deben adherirse a algunas limitaciones (obedecer una regla de déficit, proteger al sector financiero, intentar ser reelegidos, etc.) que los desvíen de los 3 objetivos primarios citados.
La política monetaria normalmente la lleva a cabo el banco central, que controla los tipos de interés y la oferta monetaria para conseguir una inflación y un desempleo bajos (caso de la Reserva Federal, doble mandato o mandato dual)[3] o una inflación baja (caso del Banco Central Europeo).
Por ejemplo aumentar los impuestos para enfriar la economía,[4] reducir las cotizaciones a la Seguridad Social para incrementar el empleo,[5] etc.