“Recibí una llamada de Wendy, nuestra hija mayor”, cuenta su madre, Mary Hedberg, “y me dijo ‘Mamá, no sé qué pasa con Mitch.
En 1989 conoce a Jana Johnson en un bar de Fort Lauderdale y, al poco tiempo, se hacen pareja.
Poco a poco fue reuniendo material que funcionaba, aunque nunca consiguió desprenderse de su tremendo miedo escénico, que le obligaba a actuar con los ojos cerrados, el pelo tapándole la cara y, en ocasiones, incluso de espaldas al público.
En una entrevista para Time Magazine llegó a afirmar “No me gusta conectar con el público.
Pronto también lo llamaría Conan O’Brien (“Los cómicos jóvenes siempre intentan imitar a alguien, pero cuando ves a alguien como Mitch el cerebro se te vuelve del revés”, dijo de él), aparecería en diversas sitcoms como estrella invitada y sería alabado por la prestigiosa Time Magazine.
“Ahora mismo estoy en un momento en el que no dejo de trabajar, gano bastante dinero y todo va bien.
En 1998 protagonizó un espectacular regreso al festival de Montreal que le había dado la fama y, antes de que el festival llegara a su fin, tenía un acuerdo con la Fox para protagonizar una sitcom y un cheque por 500,000 dólares.
Ese mismo año, Hedberg abandona a Jana Johnson, con quien había convivido durante nueve años, y se enamora de Lynn Shawcroft, a la que había conocido en 1996 durante su primera visita al festival de Montreal.
Ese mismo año, Lynn y Mitch contraerían matrimonio sin contárselo siquiera a sus padres para evitar herir los sentimientos de la recién abandonada Jana.
Ella incluso se encargaba de esperar a Mitch con el motor del coche encendido cuando terminaba su set, de modo que emprendían la huida como unos modernos Bonny y Clyde, la respuesta cómica a Kurt Cobain y Courtney Love.
Si algo distingue la comedia de Mitch Hedberg es su aparente sencillez, tras la que se ocultaba un meticuloso trabajo: “Llevo haciendo esto desde hace quince años y sólo he reunido dos horas y media de buen material”.
Líneas como “No he dormido durante diez días… Porque sería demasiado” o “El arroz es genial si tienes mucha hambre y te apetece comer 2000 de algo” o “Esta camisa sólo puede lavarse en seco, lo que quiere decir que está sucia” han sido usadas como firmas de mensajes de correo electrónico y posteadas en foros casi tanto como las de Steven Wright, el cómico con el que más se le comparó por su habilidad con los one-liners.
A Hedberg le afectaba mucho que cuando no le entraba un chiste o simplemente lo contaba mal, por lo que habitualmente añadía explicaciones, disculpas o frases como “Ese chiste merecía una reacción mejor por vuestra parte”.
“¿Has oído hablar de las pausas dramáticas?”, solía quejarse el cómico cuando esto sucedía.