El ideal era colocar a los nuevos miembros del instituto al servicio de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.
Entre los primeros miembros del grupo, resalta la figura de Giorgio La Pira, profesor y alcalde de Florencia.
[1] Cada instituto bebe de la espiritualidad franciscanas, orden religiosa a la que pertenecía el fundador.
[3] Al instituto pertenecen hombres de las distintas profesiones y clases sociales, casados y célibes, consagrados a Dios, obreros, artesanos, campesinos, dirigentes, profesores, educadores, políticos y sindicalistas.
A nivel general el instituto está bajo el gobierno de un presidente general, pero está solo da consejos y no mandatos, su papel es mantener la unidad de la comunión.