Miguel de Olivares (secretario real)

Durante la segunda década del siglo XVII su importancia en la corte flamenca fue creciendo, pasando a ser escribano de cámara del Archiduque, y en 1626 es nombrado por el rey Felipe IV secretario real del Consejo Privado de Flandes.Con este cargo entabla contacto con el marqués de Leganés Diego Mexía Felípez de Guzmán, que sería poco después presidente del mismo consejo, y al quien administra sus cuentas y con quien tuvo una relación clientelar muy cercana.[3]​ A partir de la década de 1640 y gracias a su contacto con el marqués, con el que compartió afición al arte y el coleccionismo, y por estar al servicio del Cardenal Infante don Fernando, gobernador de los Países Bajos, Miguel de Olivares tuvo gran protagonismo en la adquisición de pinturas para la corte española.[2]​[4]​ El cardenal debió quedar muy satisfecho con sus servicio como tesorero y maestro de la cámara, pues le remuneró con numerosos favores económicos que le convirtieron en un notable miembro de la corte flamenca, más allá de un mero funcionario palatino.[3]​ Hasta su muerte, acaecida en el año 1646, Miguel de Olivares había tenido toda una vida íntimamente ligada a la política bruselense, habiendo reunido al final de sus días una sugerente colección de pintura flamenca.