Ganó Ximeno, que se quedó con un sueldo de 30 000 maravedís anuales.
Una tercera posibilidad, señalada por Miguel Martínez, es que fuese un músico de inferior calidad.
[1] En 1602 las actas del cabildo mencionan que «se le dio licencia para ir a su tierra y no volvió más».
[5] El cabildo catedralicio nombró como sustituto a Andrés López Cañamares, hijo del también organista Cristóbal López, que en ese momento ejercía de portero de la catedral.
Le sigue Juan Sebastián, nacido en Cosuenda, que ocupó el cargo entre 1628 y 1639.