Su impronta musical estuvo caracterizada por mantener el compás original del tango ejecutado en 2/4, a la vez que recreaba un repertorio de la Guardia Vieja, netamente instrumental y bailable.
Por su orquesta pasaron grandes músicos uruguayos de la talla de Pedro Severino, eximio violinista que permaneció durante 30 años a su lado; Félix Cabral, Mario Orrico (violines); Roberto Gómez, Sergio Mochi, Miguel Trillo, Héctor Blengio, Toto Bianco (bandoneones); Vicente Martínez, Mario Bianco, Alfredo Viscuso (contrabajos).
Además, viajó a Estados Unidos; Miami en 1988, Nueva York en 1990, donde hizo recitales y conciertos, junto al bandoneonista uruguayo Raúl Jaurena.
Entre octubre y noviembre de 2001, realizó su última gira internacional teniendo como destino Japón donde cosechó un gran éxito ante el público.
A lo largo de su carrera compartió escenario con grandes estrellas: Osvaldo Fresedo, Miguel Caló, Juan D’Arienzo, Alberto Castillo, Francisco Canaro entre muchos otros.