Miguel Serrano Fernández

[10]​ Durante la Segunda Guerra Mundial fue propagandista del Tercer Reich en Chile y adherente al Movimiento Nacional-Socialista local.

[12]​[13]​[14]​[15]​ Nacido en una familia aristocrática chilena de ascendencia europea, Serrano quedó huérfano a temprana edad y fue criado por su abuela.

En su adultez temprana fue un activista nazi y antisemita, manifestó sus ideas en la revista racista Nueva Edad, que editó solitariamente hasta enero de 1943.

Durante este periodo estudió en profundidad el hinduismo y conoció a la primera ministra Indira Gandhi (con la cual se rumoreó un romance,[16]​[17]​[18]​[19]​ nunca del todo confirmado).

En estos dos últimos lugares conoció a importantes figuras de la extrema derecha europea, entre ellos, Julius Evola, Ezra Pound.

[27]​ Empezó a frecuentar en esa época en distintos grupos intelectuales que se reunían en el barrio San Diego, en el club "La Miss Universo"[28]​ con la que frecuentemente se reunía con personalidades como Guillermo Atías, Santiago del Campo, Julio Molina Müller y Héctor Barreto.

La muerte de su amigo Hector Bareto (18), poeta y militante socialista, en una pelea callejera con tropas del Movimiento Nacional-Socialista de Chile, hizo que el y su amigo Guillermo Atías empezaran a simpatizar con el marxismo.

[28]​ Escribió para algunas revistas socialistas de la época: Sobre la marcha -que dirigía Blanca Luz Brum-, La Hora y Frente Popular.

[24]​ Su tío Vicente Huidobro, lo insta a unirse al bando republicano de la guerra civil española, pero decide quedarse en Chile.

Más tarde, Serrano afirmó que esta orden había sido fundada a principios del siglo XX por un inmigrante alemán conocido como "FK".

Practica el yoga kundalini combinado con magia ceremonial y expresa una posición pro nazi.

Adoptaba una creencia en un cuerpo astral que podía ser despertado a través de varios rituales y prácticas meditativas.

FK afirmó que a través de la dimensión astral, pudo establecer una conexión con Hitler, durante la cual tuvieron varias conversaciones.

[29]​ Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó en derrota para la Alemania nazi en 1945, Serrano estuvo convencido de que Hitler no se había suicidado en Berlín como afirmaban los aliados victoriosos.

[32]​ En 1947, el libro de Ladislao Szabó, Hitler está vivo, había sido publicado, ejerciendo una influencia en Serrano.

En este período, visitó muchos templos hindúes y buscó pruebas de la orden brahmánica secreta en la que FK había alegado iniciación.

[34]​ En su papel como diplomático, conoció a varias figuras prominentes, entre ellas Jawaharlal Nehru, Indira Gandhi -con quien mantuvo una relación amorosa las cuales que traerían problemas en Chile-[33]​ y el 14.º Dalai Lama.

En 1965, se publicó su libro, El círculo hermético, que describe su amistad con Hesse y Jung.

Estableció amistades con varias personas involucradas en el antiguo movimiento nazi, entre ellas Léon Degrelle, Otto Skorzeny, Hans-Ulrich Rudel, Marc "Saint-Loup" Augier y Hanna Reitsch.

[28]​ Sin embargo, también era crítico de las políticas neoliberales diseñadas por el economista estadounidense, Dr. Milton Friedman, al que insultó repetidas veces en sus escritos.

También fue objeto de un artículo en The Flaming Sword, una revista publicada por Black Order, un grupo satanista neonazi establecido por el neozelandés Kerry Bolton.

[55]​ Entre los asistentes al funeral destacaban Carlos Cardoen, Julita Astaburuaga, Mary Rose Mc-Gill, Cristián Warnken, el director de cine Sebastián Araya (su nieto) y su esposa la actriz Tamara Acosta, Santiago Elordi, Antonio Gil y el historiador Erwin Robertson.

[72]​[73]​ Miguel Serrano conoció en persona al laureado historiador chileno Francisco Antonio Encina,[74]​ cuyas teorías raciales consideró más adecuadas que las Nicolás Palacios.

[75]​ Perteneció a la "generación del 38", un movimiento artístico-literario chileno que intentaba retratar en sus obras la decadencia social de la época.

A menudo ligado al alma de los pueblos, como si este moldeara sus respectivos mitos y su sabiduría en un lenguaje que trasciende el escrito.

[81]​ Serrano denominó esto como "nacionalismo-telúrico", algo que está en el paisaje y "se mete en la sangre de nosotros mismos".

Tal vez en otra galaxia, u otro mundo paralelo, como esos por los cuales él tenía particular devoción.

[85]​ El filósofo Eduardo Carrasco Pirard afirma que su obra no tendría interés literario de no ser por sus declaraciones escandalosas;[86]​ mientras que para el filósofo Hugo Eduardo Herrera, Serrano fue uno de "los espíritus mas sensibles del país".

[92]​ Para la escritora, "sujetos letrados como Miguel Serrano sirven como referentes o como sustentos –es un decir– conceptuales para estas prácticas destructivas que actúan materialmente desde la paliza a ciudadanos y migrantes indefensos.

[93]​ El Premio Nacional de Periodismo Tito Mundt lo describió como "inteligente, rápido, valiente, decidido, buen escritor", quien "en sus libros, en sus ensayos y novelas, lleva amarrado Chile al alma con unas ligaduras que no se rompen al tomar los barcos y montar en los aviones.

Serrano admiraba a Hitler , y se convenció de que no murió en 1945, sino que vivió en la Antártica chilena luego de su derrota en la Segunda Guerra Mundial .
Miguel Serrano (como embajador chileno en la India) y el primer ministro Jawaharlal Nehru en mayo de 1957.
Miguel Serrano y el decimocuarto Dalái lama Tenzin Gyatso en junio de 1959.
La Antártica Chilena , protagonista de las obras Quien llama en los hielos (1957) y Antártica y otros mitos (1948).
Casa de Miguel Serrano en Valparaíso
Miguel junto a su primer hijo José Miguel Serrano Rosselot y el Dalai Lama.