Miguel II

Había apoyado que su antiguo compañero de armas fuese nombrado emperador como León V el Armenio (813), pero cuando se descubrió que Miguel había participado en una conspiración contra este, fue condenado a muerte en diciembre de 820.

Su reinado se caracterizó por varios hechos: la lucha contra Tomás el Eslavo, que también aspiraba al trono (821-823); la conquista de Creta por los árabes en 823, y el comienzo de los ataques musulmanes contra Sicilia (827).

Sin embargo, como muchos antes que él, no pudo tomar la ciudad y sus ejércitos fueron derrotados cuando llegó la ayuda de Omurtag, el kan búlgaro; a partir de ese momento poco a poco la revuelta de Tomás fue perdiendo fuerza hasta que fue capturado y ejecutado en 823.

Aunque el califa al-Mamun no pudo sacarle mucha ventaja al debilitamiento que causó la rebelión de Tomás, otros árabes sí lo hicieron, en 824 Creta fue tomada por piratas árabes, con una flota de 40 barcos y 10 000 hombres,[1]​ y Sicilia cae en 827 bajo los aglabíes.

A partir de ese momento Creta se vuelve una base para los piratas árabes, lo cual hizo muy insegura la navegación por el mar Egeo.