Después ha trabajado en el periódico Diagonal, El Jueves, La Vanguardia, Cinemanía, Ajoblanco, Mondo Brutto, El País y Rolling Stone, entre otros.
[1] En sus viñetas llama mucho la atención el desajuste permanente entre la iconografía inocente del consumismo prometedor de la posguerra y un texto que lleva ese consumismo hasta extremos contradictorios, absurdos, macabros o irreales.
El propio Brieva, sin negar esto, añade: Su humor se ha percibido en términos muy políticos.
[3] Sin embargo su obra no es, ni mucho menos, exclusivamente política, pues reflexiona en torno a cuestiones independientes de la estructura social, como la estupidez o la muerte.
[4] [5] Recibe el premio Oxcars en 2010 junto a otras personalidades del panorama actual como Txaber Allué, José Luis Sampedro y Belén Gopegui