Ocultaban que el decreto había expirado en 1931, pero en Madrid no lo recordaban y los nazis lo ignoraban.
El problema es que en Hungría, sefardíes de verdad había muy pocos, no daban ni para llenar un tren.
Sin embargo, Muguiro continuó sus esfuerzos e informó en Madrid del negro futuro que esperaba a la comunidad judía.
Consiguió visado para todos y los despachó a Tánger, que en aquellos días era una especie de colonia española.
[5] Posteriormente, en el 2007, fueron homenajeados otra vez en una exposición titulada Visados para la libertad organizada por la Casa Sefarad en Madrid.