Microplástico

[4]​ Se ha demostrado que los dos tipos de microplásticos permanecen en el medioambiente en altas concentraciones, particularmente en ecosistemas marinos y lacustres.

[5]​ Debido a que no se biodegrada y solo se desintegra en partes más pequeñas, estos microplásticos terminan siendo absorbidos o ingeridos por muchos organismos, alojándose en sus cuerpos, tejidos[6]​ y después de su muerte por intoxicación, al no poder diferenciar entre sí es su alimento marino, incrementándose el problema, entre aves marinas, peces, escualos, mamíferos acuáticos, como una ballena varada que murió a causa de la ingesta de plástico.

[7]​ También continúan siendo investigadas las posibles consecuencias de estos microplásticos que terminan alojados en el cuerpo humano, que han sido encontrados en algunos alimentos provenientes del mar, como la sal, el agua embotellada y la del grifo.

[8]​ Se han registrado diferentes tamaños, colores, composiciones químicas que incluyen fibras, fragmentos, gránulos, escamas, espumas, láminas.

El tratamiento secundario utiliza procesos biológicos que implican bacterias y protozoos para descomponer la materia orgánica.

Algunas empresas han reemplazado ingredientes naturales exfoliantes con microplásticos, por lo general en forma de "microperlas" o "micro-exfolia".

La contaminación por microfibras plásticas producida por el lavado doméstico y comercial de textiles sintéticos es la principal fuente (hasta un 90%) de microplásticos primarios en los océanos, esto según diversos investigadores y literatura científica.

Un estudio publicado en la revista Nature Medicine reveló un aumento en la concentración de microplásticos en cadáveres en el período que va de 1997 a 2024, con niveles especialmente altos en el cerebro, hasta 30 veces mayores que en hígado o riñón.

Los investigadores, liderados por Matthew J. Campbell, observaron un incremento progresivo al analizar muestras de tejido cerebral lo que atribuyen a una mayor exposición ambiental.

El estudio sugiere que los microplásticos llegan al cerebro incrustados en la grasa dietética y no flotando libremente en la sangre.

Aunque no se hallaron mayores concentraciones en adultos mayores respecto a jóvenes, lo que sugiere que el cuerpo podría eliminarlos con el tiempo, sí se detectaron niveles más altos en cerebros de personas con demencia.

Estas iniciativas reguladoras específicas buscan tratar el impacto de los microplásticos primarios o secundarios.

Microesferas de polietileno en pasta de dientes
Fibras Microplásticas identificadas en el ambiente marino
Microplásticos en sedimentos de ríos