[4] En 1966 Bishop pasó a ser escritor residente en el colegio LaGrange, ubicado cerca de su hogar en Pine Mountains, Georgia.
Su última antología, «Pasajeros de la humanidad» fue editado en colaboración con Steven Utley y publicado por PS Publishing en 2009.
En junio de 2009 se publicó, por otro lado, el relato «La tranquila ciudad como la muerte», escrito en colaboración con Steven Utley.
[8] Escribió introducciones de libros de Philip K. Dick, Theodore Sturgeon, James Tiptree, Jr., Pamela Sargent, Gardner Dozois, Lucius Shepard, Mary Shelley, Andy Duncan, Paul Di Filippo, Bruce Holland Rogers, y Rhys Hughes.
[4] La primera publicación profesional de Bishop fue el relato corto «Piñon Fall» en Galaxy Science Fiction (1970).
Esto llevó a un contrato para su primera novela con Ballantine Books, el editor de antologías.
Lleva la mirada hacia el interior, y en última instancia, no revela nada claro.
Aun así, es la novela más impresionante que hemos visto hasta ahora en los años setenta».
Hay dos razas sobrevivientes, ambas modificadas genéticamente por una tercera, los Perfectos, que también manipulan la continua lucha entre ellos.
La escritura misma está hecha con una precisión que se hace evidente sólo cuando la novela avanza».
Pero por supuesto tales explicaciones nunca son suficientes -y el tacto intelectual de Bishop que hace casi, pero no del todo coincidir con los datos que pueden hacer transparente la trama- es quizá la mayor fortaleza de esta novela extremadamente densa y cuidadosa».
[19] En 1980 el editor David Hartwell le dio a Bishop la inusual oportunidad de reescribir su primera novela.
[23] Así comenzó lo que Bishop llamaba «la primera colaboración transatlántica en ciencia ficción» , mediante correspondencia remitida por correo.
Pronto se da cuenta de que el planeta está próximo a convertirse en nova.
Brian Stableford escribe que la novela, comparada con otras colaboraciones recientes en ciencia ficción, «parece caer por debajo del estándar establecido por cualquiera de los dos autores» Concluye que «el libro merece ser leído, pero no es algo destacable para ninguno de ambos».
Mary S. Weinkauf escribe al respecto: «es un libro hecho inteligentemente, con muchos elementos de la ciencia ficción que yo previamente admiraba, aunque se manipulan muchas coincidencias contradictorias y deja al final varias preguntas sin contestar.... es para pensar largamente luego de leerlo».
[29] La escritora Elizabeth Lynn estuvo igualmente impresionada: «Bishop toma sus increíblemente diversos elementos de la trama ... y los teje en un brillante tapiz casi sin fisuras ...
El libro no es impecable, pero sobre todo es un placer leerlo...su tratamiento antropológico es tan efectivo que las pocas fallas se pasan por alto fácilmente».
Mary Stevenson ("Stevie") Crye es una joven viuda con dos niños luchando para mantener a su familia como escritora independiente.
El editor de Sanders, Robert A. Collins, lo reprende con una nota al pie: «No haga caso del malestar de Sanders, que obviamente se debe a su dificultad para definir el género del libro; Stevie Crye es un libro maravilloso que trasciende el género, como todo lo mejor que Bishop hace.»[36] El escritor Ian Watson escribe por su parte; «he aquí un caleidoscopio humano y embustero couestionando al género y al mercado, la ficción y también la realidad -aún exquisitamente sazonado con realidad humana- y entregando la frialdad espeluznante de lo oculto y de lo ilícito, cuajando la sangre pero también calentando el corazón».
[40] Publicado originalmente como La ascensión secreta por Tor Books en 1987, pero en lo sucesivo reimpresa con el título preferido por el autor, este trabajo es un homenaje al escritor Philip K. Dick, un pastiche de su estilo que incluye como personaje un sosías de Dick en un universo paralelo.
[41] En esta novela, publicada por Arbor House y Williams Morrow en 1988, un hombre moribundo por SIDA es recibido por su primo, un ranchero en las montañas de Colorado.
La premiada escritora Nancy Kress escribió sobre esta obra: «Michael Bishop ha logrado un hecho raro y sorprendente.
Cuando se expone accidentalmente a residuos nucleares vertidos ilegalmente, la radiación lo transforma en un superhéroe (o, como dice Bishop en un "robusto").
Bishop lo ambienta en el sur profundo estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, jugando en las ligas menores de béisbol.
El escrito y crítico Brian Stableford escribió que «ningún lector potencial debe permitirse dejarse intimidar por la aparente extravagancia de su premisa ...
En cuanto a su relación con la novela de Shelley, Brian Stableford escribió Jugadas decisivas me parece la mejor secuela imaginable.
La bella prosa del Sr. Bishop hace que valga la pena leer cada una de esta líneas argumentales, pero pertenecen a distintas novelas».
[52] El escritor, crítico y a veces colaborador Paul Di Filippo escribió: «Desde su primer relato corto publicado en 1970, Michael Bishop ha puesto de manifiesto una inteligencia inquisitiva espiritual, comprometida con los interrogantes morales.
Mientras que sólo en ocasiones profundiza en temas explícitamente religiosos, la fe cristiana personal de Bishop es lo suficientemente amplia como para abarcar referencias al budismo, el sufismo y otros credos en todos sus escritos.