[2] A este núcleo se unieron bajo la dirección primero del maestro de ballet ruso-francés Victor Gsovsky y luego del veterano Nicholas Beriosoff bailarines jóvenes como Sonia Arova y Celia Franca del Ballet Rambert, Colette Marchand y Serge Perrault de los Ballets des Champs-Élysées de París, Paul Gnatt y Erik Bruhn[3] del Real Ballet Danés o la jovencísima Svetlana Beriosova del Grand Ballet de Montecarlo.
En su programa figuraban reposiciones clásicas como Las Sílfides, El Espectro de la rosa y el segundo acto de El Lago de los Cisnes protagonizadas las tres por Beriosova y Bruhn, Las danzas del Príncipe Igor con Paul Gnatt y un ballet moderno Designs with Strings del joven coreógrafo norteamericano John Taras, con Beriosova como solista, que ha pasado a la historia del ballet del siglo veinte.
En el programa llevaba un ambicioso montaje de Le Beau Danube de Léonide Massine, para el que invitaron a figuras internacionales como Alexandra Danilova, Frederic Franklin y Léonide Massine, que bailaron junto a los solistas del Metropolitan Beriosova, Bruhn Gnatt, Arova.
Tras el notable éxito en el Empress Hall la compañía sin Bruhn y Gnatt, que se reincorporaron al Real Ballet Danés, pero con nuevas figuras, la compañía prolongó la temporada en el Lyric Hammersmith.
Su mérito histórico es haber creado un espacio artístico cosmopolita que dio su primera oportunidad a numerosas gentes del mundo de la danza no solo inglesas.