Mesa giratoria (espiritismo)

Supuestamente, la mesa servía para comunicarse con los espíritus; se pronunciaba lentamente el alfabeto en voz alta y la mesa se inclinaba a la altura de la letra correspondiente, deletreando así palabras y frases,[1]​ en un proceso similar al de la ouija.

[1]​[7]​ Michel Eugène Chevreul explicó que el supuesto movimiento mágico se debía a reacciones musculares involuntarias e inconscientes.

El movimiento lateral se indicaba inmediatamente mediante un palo de heno vertical fijado al aparato.

Aparte del efecto ideomotor, también se ha descubierto el movimiento fraudulento y consciente de las mesas.

[17]​ Sus conversaciones con el más allá fueron plasmadas en su obra Les tables tournantes de Jersey,[18]​ traducida al español como Lo que dicen las mesas parlantes.

Sesión de mesas giratorias en París, 1853.
Aparato de Faraday para demostrar el efecto ideomotor en la mesa giratoria.
Método para hacer elevar la mesa con un alfiler y un anillo.