Mercano, el marciano

Para su desgracia, la nave se destruye al aterrizar y Mercano tiene que quedarse a vivir en Buenos Aires, en un país sumido en la crisis social en torno al Argentinazo, donde el saqueo forma parte de la rutina diaria.

Desde la soledad del refugio en las alcantarillas, Mercano logra tomar contacto con sus coterráneos, piediendoles que lo rescaten con su inteligencia propia de una civilización superior, decide usar una laptop que inocentemente tomó en un comercio saqueado, y reconstruye su lugar natal en forma de realidad virtual, que conecta a internet por medio de un link en una página web.

Julián muestra su amigo marciano y el mundo virtual a su padre, quien es director ejecutivo de una corporación inescrupulosa, que percibe el potencial económico del descubrimiento, y que finalmente logra secuestrar a Mercano con el fin de explotar su inteligencia superior.

La película obtuvo una Mención Especial del Jurado en el Festival du Film d’Animation Annecy 2002 y ha participado también de los festivales de San Sebastián, Sitges en Calaluña –donde obtuvo el premio especial del público–, La Habana, Berlín, Bruselas, San Diego, Toulouse, La Bourboule, New York.).

También participó en la vigésima octava edición del festival internacional de Hong Kong.