Mercado del jueves (Beas de Segura)

[8]​ Dejó a su hija otros cargos, no menos importantes, como nombramientos y mercedes para Canarias.

La buena diplomacia, y la amistad que unía a Miguel Pérez de Almazán con la reina, fue el detonante para tal concesión, además de los propios intereses del Comendador respecto a Beas.

En 1468, llegó a tener cuatro mil habitantes, ocupando el tercer lugar en importancia de toda la Provincia, siendo la mejor villa, después de Ocaña, pero en años posteriores empezó a perder población; solo en 1575 logró recuperar el tope inicial.

Cuatro importantes linajes se sucedieron en ella: Valderrábanos, Enríquez, Almazán y Suárez de Figueroa.

[15]​[nota 2]​ Asimismo el 20 del mismo mes se dio orden a Diego Colón para la entrega de los aparejos y pertrechos para la fundición.

[22]​ Una vez que se reconquistó Granada y unificado el territorio castellano, ya sin enemigos, las Órdenes Militares dejaron de ser necesarias, lo que supuso su declive y conllevó a la transferencia de sus cuantiosos bienes acumulados durante la reconquista a la autoridad real, así las tierras, villas, lugares y castillos pasaron a formar parte de la Corona, y con ello la nobleza tuvo que someterse al poder real.

El descubrimiento del Nuevo Mundo repercutió también con la entrada de nuevos cultivos que se adaptaron bien al clima y al terreno, y con ello un cambio de hábitos alimenticios con la introducción de nuevos productos como el tomate, maíz, tabaco, etc, que en pocos años se integraron plenamente en las costumbres cotidianas.

[24]​ Beas, a mediados del siglo XV, era un municipio con una sólida estructura económica, donde además de la agricultura y la ganadería, tenía mucha importancia la industria manufacturera, principalmente el sector del textil, así lo atestiguan la cantidad de molinos, batanes y aceñas que había en la villa en esa época.

Los principales productos que se comercializaban aparte del lino y del cáñamo, fueron el trigo, la cebada, el centeno, escaña y avena, que se iban rotando en la tierra.

Los frutales y las huertas o cañamares (que también se les llama así), eran cuantiosos gracias a la buena vega con tierra fértil y abundancia de agua; se criaban productos hortofrutícolas de excelente calidad, aunque poco a poco han ido dando paso al olivar o se han abandonado, quedando en la actualidad poco terreno cultivado que no sea olivar, lo que provocó un fuerte retroceso a partir del siglo XVII en la industria pañera a causa de la falta de tierras y de pastos.

[25]​ Otros productos que se elaboraban eran el queso, lana, vino, miel, cera, enjambres, etc.

Poca aplicabilidad, sin embargo, debieron tener esta serie de disposiciones a juzgar por su continua repetición y confirmación por parte de Enrique II, Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos.

[29]​ Empezó celebrándose los días 17, 18 y 19 de septiembre, agregándole posteriormente un día más, el 20.

También se vendían e intercambiaban productos del campo y artesanos o enseres para el hogar.

Entrada la década de los años 80, la feria empezó a perder ese carácter comercial, convirtiéndose más bien en lúdica, e incluso cayeron en decadencia aquellas verbenas amenizadas por los cantantes y grupos musicales más famosos del momento.

Por eso el mercado medieval es un lugar determinado para intercambios de productos y de relaciones comerciales en una fecha periódicamente fijada, al mismo tiempo que su organización ofrece una serie de garantías y seguridad con la intervención pública, que corría a cargo del Concejo, el cual disponía con autoridad la marcha del tráfico, regulaba la provisión del mercado, fiscalizaba y garantizaba los convenios, imponía los precios, etc, en cumplimiento de sus propias Ordenanzas.

Con anterioridad a la reconquista de Beas, ya existió en época islámica un zoco (del árabe, سوق sūq), donde desarrollaban sus habitantes actividades y transacciones comerciales casi a diario en el tejido urbano y principalmente en los alrededores de su Mezquita Mayor, (lo que es hoy la Iglesia Parroquial), que era el centro neurálgico, y en ocasiones, en plazas cercanas, como la Plaza Nueva, no faltando un buen surtido de productos.

Con el nuevo privilegio del mercado franco, los jueves se suspende cualquier actividad de compra y venta en arrabales, calles y plazas a excepción de la Plaza del Mercado, lugar destinado para su celebración durante todo el día.

Portalillos junto a la Plaza Nueva donde durante algunos siglos se celebraba Mercado antes de la concesión por Juana I .
Vista del Paseo de Beas, donde se han sucedido varios nombres: Paseo del Mercado , Paseo del Generalísimo y actualmente Paseo de la Constitución .
Lugar elegido para celebrar el Mercado del jueves hasta el último tercio del siglo XX .
Blasón de los Figueroa.
Mercado de abastos, situado junto donde se hace el mercado los jueves.
Fachada del Juzgado de Paz de Beas de Segura, anteriormente había sido Carnicería del Concejo
Paseo de la Constitución, llamado antiguamente Paseo del Mercado