Meicuchuca

Así lo hizo ella, y al entrar una noche en los aposentos de Meicuchuca, vio que su esposo estaba durmiendo junto a una gran serpiente, que en realidad era su joven rival convertida en ese animal durante las noches.

La güi chyty salió de los aposentos en silencio y fue a contarle al chyquy lo sucedido.

Éste le dijo que al otro día debía invitar a la muchacha a bañarse con ella y con otras de las tygüi en el río Bunza, o Funza (antiguo nombre del río Bogotá).

Un hombre podía tener el número de tygüi (esposas, o consortes) que fuera capaz de mantener, por lo que los gobernantes muiscas y otras personas de alta jerarquía tenían muchas esposas, aunque siempre había una primera consorte, conocida como gui chyty, o güi chyty (en muysccubun, literalmente: "primera esposa"), que tenía prelación sobre las demás.

[6]​ Un Zipa podía llegar a tener hasta 300 tygüi, sin contar con las criadas dispuestas para su servicio y el de sus consortes, mientras que un cacique común raramente llegaba a tener 100 tygüi.