Abandonó sus actividades en 1958, hizo amistad con disidentes del Este, y se instaló a trabajar en Florencia en tareas editoriales.
Tras la caída del fascismo en Italia, había empezado a preocuparse por la edición de escritos alemanes.
Concretamente, tras su estancia en Weimar, donde estudió archivos y manuscritos, hizo la más importante edición —con su maestro y amigo Giorgio Colli, al que sobrevivió— de las obras de Friedrich Nietzsche en la segunda mitad del siglo XX.
Apareció tanto en italiano, por Adelphi en Milán, como en francés, por Gallimard en París (Œuvres philosophiques complètes, 1968 y ss.)), en alemán, por Walter de Gruyter (Werke, Kritische Gesamtausgabe, 1967 y ss.) o en holandés, por Sun, traducidos sujetándose a su versión e interpretación italiana.
Se la conoce por la edición Colli-Montinari, y fue determinante en la recuperación extranjera (francesa o italiana) de Nietzsche, tras la Segunda Guerra, con importantes contribuciones de Georges Bataille, Michel Foucault, Gilles Deleuze, Jacques Derrida, Gianni Vattimo y el propio Giorgio Colli.