En 1892, los dos hermanos construyeron una cámara basada en la cronofotografía utilizando el mecanismo del tornillo sin fin.
Tres años más tarde, y con pocos recursos, Max desarrolló el Bioscope, un aparato que permitía reproducir imágenes en movimiento gracias a dos tambores de película de 54 mm, dos lentes y una linterna mágica para poder proyectarlas.
De esta manera, consiguió reproducir imágenes a dieciséis fotrogramas por segundo.
El espectáculo estaba acompañado de música en directo y tuvo bastante éxito en aquel momento.
El primer matrimonio con Else Ranzen se vio truncado por la muerte de la mujer un añi después.