Fue el pintor más importante en Lima durante largo tiempo, y tuvo mucha influencia en la escuela pictórica local incluso después de su muerte.
Realizó un viaje a Nápoles, dónde conoció al artista Pablo Morón, quién se convertiría en su asistente por muchos años.
Residiendo en la isla de Malta, decoró la Sala de San Miguel y San Jorge, también conocida como Sala del Trono, en el Palacio del Gran Maestre en La Valeta.
Se le atribuye la introducción del Manierismo en la isla, precisamente por medio de estos frescos, pintados entre 1575 y 1581.
El propio pintor reprodujo los motivos de estos frescos en lienzos.