Al asistir a una escuela jesuita, recuperó pronto el tiempo perdido y terminó con brillantez sus cursos de humanidades.
Domenico Sordi y Enrico Borgianelli, Liberatore se hizo un neotomista convencido.
A su vuelta, enseñó teología por breve tiempo y se integró (abril de 1850) en el pequeño grupo de escritores que fundó la revista La Civiltà Cattolica.
En sus páginas, desde 1853, expuso la filosofía según los principios tomistas, con vigor crítico y conocimiento directo de los adversarios.
Liberatore no había tenido la misma libertad de propugnar el tomismo en sus logradas Institutiones logicæ et metaphysicæ, que había comenzado a publicar en 1840; tuvo en este caso que adoptar una táctica de «gradualismo» (véase la introducción a su Della conoscenza intellettuale [Roma, 1874, 2.ª ed.]