Mayoruna

Los mayorunas (también conocidos como matsés o matís) son un pueblo indígena de Brasil y Perú.

En este artículo, los matsés van a ser considerados mayorunas, del mismo modo que otros grupos pano septentrionales, como los matis y los korubos.

[3]​ Existen otros grupos mayorunas, aunque en peligro de extinción, en otras zonas del Brasil y el Perú.

Algunos grupos mayos, probablemente ya desaparecidos, se conocen gracias al testimonio de algunos supervivientes encontrados por los matsés.

Se han podido localizar personas de estos grupos tanto en el Brasil como en el Perú.

Los kulinas-panos, un grupo fusionado a inicios del siglo XX, se han localizado entre los marubos, aunque son originarios de las quebradas Pedro López y San Salvador.

[3]​ En la medida que buena parte de la población vive en grupos aislados, resulta difícil señalar con precisión su número.

En efecto, una vez superado el choque epidemiológico producido por el contacto, la natalidad amerindia ha empezado a aumentar.

En el conjunto Mayoruna se observa un futuro demográfico prometedor, aunque dicho crecimiento nunca llegará a compensar las pérdidas continuas que han tenido lugar desde el siglo XVI.

[3]​ Los mayorunas se mantuvieron en aislamiento relativo durante todo el siglo XIX por las dificultades que presentaba la navegación del Ucayali y el Yavarí.

Aunque han pasado a la historia como grandes militares, no debemos imaginar que vivieron en aislamiento absoluto por la defensa vigorosa del propio territorio.

Como otros grupos, los mayorunas sufrieron algunos ataques, especialmente por parte de algunos pobladores indígenas del Ucayali.

[3]​ Durante el último cuarto del siglo XIX, los blancos invadieron la región en busca de caucho y acabaron con la resistencia Mayoruna.

Este es el caso de muchos grupos mayoruna del Brasil, considerados oficialmente como arredios.

Según Erikson no debe dramatizarse la situación, puesto que los mayorunas todavía conservan su lengua y la mayor parte de sus tradiciones.

No son castigados por ninguna de las plagas asociadas a occidente como el alcoholismo, la malnutrición, la guerrilla, la tuberculosis, etc.

En las chacras principales se cultivan los productos de uso cotidiano durante el tiempo que un grupo vive en un determinado lugar.

En cierto modo, esto nos permitiría concluir que los ancianos se benefician del estatus de los muertos en vida.

En efecto, en muchas lenguas pano se utiliza la expresión huno mukaya (hombre provisto de muka) para referirse al chamán.

En primer lugar, difuso porque está distribuido entre todos, el especialista se distingue por la cantidad y no por la naturaleza de sus poderes.

Uno de los mitos matsés más frecuentes atribuye el origen de la agricultura a un regalo del Paujil (Wësnid), lo cual puso fin a la época en que los humanos comían arcilla y ésta era cocida al sol porque todavía no se conocía el fuego.

[3]​ En el ritual Matis se hace evidente la metáfora agrícola, cuya interpretación, según Erikson podría relacionarse con una tentativa de conjunción de complementarios: los primeros iniciados son el maíz (primer producto cosechado en una nueva chacra) y los espíritus ancestrales iniciadores son el pijuayo (último producto cosechado en un purma).

Una vez que el diámetro ha alcanzado el tamaño de un dedo se introduce un cilindro o un disco llamado tawa.

Tal adorno tiene más o menos 5 cm de diámetro para las mujeres y casi el doble para los hombres.

Durante la segunda ceremonia del tatuaje, cada joven es tatuado primero en su mejilla izquierda u luego en la derecha con unas líneas paralelas, de seis a ocho.

[3]​ La característica fundamental que distingue a los pano del resto es su uniformidad lingüística, territorial y cultural.

Tal constatación resulta sorprendente si se tienen en cuenta la vasta extensión de terreno que ocupan los pano.

En efecto, se trata de un área casi ininterrumpida que ocupa toda la región limítrofe entre el Brasil y el Perú.

[3]​ La noción genérica de Mayoruna, analíticamente útil para este trabajo, se funda sobre una base empírica sólida.

Partir del fraccionamiento social y particularismos locales, según Erikson, no sería adecuado, ya que se estaría dando demasiada importancia a necesidad occidental de catalogar los grupos y traicionando, en consecuencia, la concepción indígena según la cual existe un sentimiento de pertenencia común entre los pueblos pano septentrionales.