El mastika[1] (del griego μαστίχα masticha, ‘masticar, rechinar los dientes’) es originalmente un licor condimentado con mástique, una resina recogida del lentisco, un pequeño árbol perenne nativo de la región mediterránea que se cultiva en la isla de Quíos.
Se sirven con diversos mezedes (aperitivos), como pulpo, ensalada, sardina, calamares, calabacín frito y almejas, entre otros.
La palabra mastika se usa también ampliamente en países vecinos del sur de los Balcanes para un licor condimentado con anís.
Conteniendo un 45 % de alcohol, tiene un sabor fuerte no muy diferente al del brandy, y suele hacerse con uvas, pasas, ciruelas o higos.
En Bulgaria, se combina a menudo con licor de menta para obtener un cóctel tradicional llamado облак (‘nube’).