El idioma hebreo no tuvo la mayoría de las vocales gráficas hasta mucho después que se escribieran los textos originales de la Biblia, y no fue hasta mucho después a partir del X.
También incluyeron otras cosas irregulares como unos puntos extraordinarios con que los soferim marcaron ciertas letras o palabras en quince pasajes del texto hebreo.
No hay consenso sobre el significado de estos puntos extraordinarios.
Los masoretas se dieron cuenta de las alteraciones que habían hecho los soferim y las registraron en el margen o al final del texto hebreo.
Estas notas marginales llegaron a conocerse como la masoret, (del hebr.
Cerca del 60 % de los rollos encontrados en Qumrán, son versiones proto-masoréticas; un 20 % más son variantes con estilo propio; en tanto el restante 20 % se relaciona con la Septuaginta, la versión Samaritana y otras fuentes.