Las mascarillas quirúrgicas también son utilizadas por civiles en espacios públicos ante brotes o epidemias de enfermedades transmitidas por vía respiratoria, o bien, cuando el aire de un determinado lugar está contaminado.Las máscaras quirúrgicas de protección especial (mascarilla FFP2 y mascarilla FFP3) o respiradores protegen de posibles contagios así como evitan al portador contagiar.[16][17][18] Aunque según la OMS la mascarilla no es necesaria en todos los casos, sin embargo en los países asíaticos y otros muchos países, ante la pandemia de la enfermedad Covid-19 se ha generalizado el uso de mascarillas quirúrgicas (y también tipo mascarilla FFP2 y N95) tanto para evitar contagiar como ser contagiado del virus SARS-CoV-2 y ante la evidencia de la dificultad de conocer periódicamente quienes están contagiados.[22] El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades considera que las mascarillas «deben ser contempladas como una medida complementaria» y recomienda su uso también a los contagiados asintomáticos aunque el mayor contagio lo producen los enfermos sintomáticos.A partir de 2009, los fabricantes de máscaras quirúrgicas deben demostrar que su producto es al menos tan bueno como una máscara que ya está en el mercado para obtener «autorización» para su comercialización.En el Espacio Económico Europeo (EEE), las máscaras quirúrgicas deben ser certificadas a través del proceso de marcado CE para ser comercializadas.