Masashi Hamauzu

Su primer trabajo para la compañía japonesa fue componer algunas melodías junto con otros compositores para el juego Front mission: Gun hazard (1996) y Tobal No.1 (1996).

En 2007, Hamauzu publicó su álbum en solitario "Vielen Dank", que contiene breves piezas para piano y cuarteto de cuerda.

Su trabajo más reconocido ha sido la BSO del juego de PlayStation 3 y Xbox 360, Final Fantasy XIII.

Durante su segundo año, se dio cuenta del extraordinario énfasis que Square puso sobre la música en producciones de juegos.

Sus composiciones fueron un complemento maduro para el mundo asolado por la guerra del juego con sus densas armonías y timbres sombríos.

1; sus cuatro contribuciones se integraron perfectamente en la banda sonora experimental con su combinación de dispositivos orgánicos y ritmos electrónicos.

Poco después del lanzamiento, convenció a su empresa matriz para darle los recursos para producir un disco de arreglo orquestal para el juego.

Después de pasar un periodo agonizante cumpliendo la expectativa de imitar la música tradicional del juego que Kenji Ito había establecido para la serie, se dio cuenta en los meses finales del proyecto que expresar al máximo su propia musicalidad aliviaría sus preocupaciones.

Muchas composiciones mezclaron las cualidades atmosféricas no limitadas del impresionismo con elegantes melodías clásicamente expresadas y patrones tonales hipnóticos.

Mientras sentía una fuerte afinidad por el juego –uno de los pocos que realmente disfrutó jugando- lo trató principalmente como un medio para la experimentación y la expresión musical.

Un año después de Final Fantasy X, Hamauzu produjo otra banda sonora exploratoria para Unlimited SaGa.

Empujando siempre las barreras tecnológicas, realizó la primera partitura completamente en directo para un juego de Square Enix.

Hamauzu trabajó aún más estrechamente con el operador de sintetizador Ryo Yamazaki en toda la producción para garantizar que cada parte fuera profesionalmente realizada e implementada.

Al año siguiente, compuso la galardonada banda sonora para el polémico shooter en primera persona Dirge of Cerberus: Final Fantasy VII.

En marcado contraste con sus suaves sonidos electrónicos en Musashi: Samurai Legend, Nakano produjo una oscura partitura orquestal para representar la ubicación industrial y el personaje malhumorado.

Hamauzu consideró la partitura final su más artísticamente inspirada y espléndidamente producida hasta ese momento.

Cuidadosamente preservó el carácter y melodías de la música original mientras que elegantemente las pasó al piano.

Por los ecos de estas críticas favorables, Hamauzu decidió dejar Square Enix para formar su estudio personal Monomusik a comienzos del 2010.

En este último, Hamauzu exploró íntimamente el material melódico del juego y se reunió con Aki Kuroda en sesiones de grabación en Milán.

Más tarde asistió a estrenos de sus igualmente ambiciosos arreglos para Kirby y Pikmin en LEGENDS, Estocolmo.

Desde entonces, Hamauzu volvió como compositor principal para Final Fantasy XIII-2 y desarrolló sobre las ideas del juego original de muchas maneras.

Masashi Hamauzu