María II de Inglaterra

[1]​[2]​ La historia popular generalmente se refiere al reinado conjunto como «el de Guillermo y María».Aunque era la soberana por derecho de sangre, cedía a Guillermo la mayor parte del poder cuando este se encontraba en Inglaterra.Aunque su madre tuvo ocho hijos, solo María y su hermana menor, Ana, sobrevivieron hasta la edad adulta.Carlos II se opuso al principio a la alianza con un gobernante neerlandés —hubiera preferido casar a María con el heredero al trono francés, el delfín Luis, para lograr una alianza entre Inglaterra y la católica Francia, reforzando las probabilidades de un sucesor católico al trono inglés—.Finalmente, bajo la presión del Parlamento y debido a que una coalición con Francia no era ya políticamente favorable, aprobó la unión.Su naturaleza animada y buen talante la hicieron popular entre los neerlandeses, pero su marido era a menudo frío y negligente[4]​ y mantuvo durante mucho tiempo una relación con una de sus damas de honor, Isabel Villiers,[12]​ aunque con el tiempo llegó a sentirse más relajado en compañía de su esposa.Algunos alegaron que el muchacho no era en realidad hijo del rey, sino que fue llevado secretamente a la habitación de la reina, para sustituir a su bebé nacido muerto.[13]​ Aunque no había evidencia para apoyar este argumento, María cuestionó públicamente la legitimidad del niño, enviando una incisiva lista de preguntas a su hermana Ana, en referencia a las circunstancias del nacimiento.[15]​ El ejército y la marina ingleses que estaban disgustados se acercaron a Guillermo, la confianza de los ingleses en Jacobo estaba tan deteriorada que no intentaron salvar a su rey.[1]​ Guillermo se sentía inseguro sobre su posición, deseaba ser considerado rey y no un mero consorte.[1]​[2]​ El Parlamento no ofreció la corona al hijo mayor de Jacobo II, Jacobo Francisco Eduardo —quién habría sido en circunstancias normales el heredero aparente—, sino a Guillermo y a María como soberanos en conjunto.[1]​ La declaración fue ampliada más tarde, para excluir del trono no solo a Jacobo y sus herederos —distintos de Ana—, sino a todos los católicos, dado «que se ha encontrado por experiencia, que es incoherente con la seguridad y el bienestar de este reino protestante, ser gobernado por un príncipe papista».[4]​ Incluso después de la declaración, todavía había apoyo sustancial a Jacobo en Escocia.Esta medida —que reformuló y confirmó muchas de las disposiciones de la anterior Declaración de Derechos— estableció restricciones en las prerrogativas reales; declaró, entre otras cosas, que el soberano no podría: suspender las leyes aprobadas por el Parlamento, crear impuestos sin el consentimiento parlamentario, vulnerar el derecho a presentar una solicitud, levantar un ejército armado durante tiempo de paz sin consentimiento parlamentario, negar el derecho de llevar armas a los súbditos protestantes, interferir indebidamente en las elecciones parlamentarias, castigar a los miembros de cualquier Cámara del Parlamento por cualquier cosa dicha durante los debates, requerir fianza excesiva o infligir castigos crueles o insólitos.En este papel, demostró ser una gobernante firme, que incluso ordenó la detención de su propio tío, Henry Hyde, 2º conde de Clarendon, por conspirar para restaurar a Jacobo II en el trono.[22]​ Guillermo había aplastado a los jacobitas irlandeses en 1692, pero continuó en el exterior para emprender la guerra contra Francia en los Países Bajos.Cuando su marido estaba ausente, la reina actuaba en su propio nombre, pero siguiendo sus consejos; mientras él estaba en Inglaterra, se abstenía totalmente de interferir en asuntos políticos, como se había acordado en la Declaración de Derechos.[26]​ María dotó al College of William and Mary —institución educativa localizada en el actual Williamsburg, Virginia— que se fundó en 1693.
Jacobo II/VII y Ana Hyde los padres de María en 1660 por Sir Peter Lely.
Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia, padre de María.
Guillermo III de Inglaterra y II de Escocia, a los 27 años, por Peter Lely.
Escudo de armas de los reyes María II y Guillermo III. En este escudo figuran como elementos centrales las armas inglesas, escocesas e irlandesas, con la disposición característica de la Casa de Estuardo .